Viernes 14 - Resumen de Actividad

 


XLIII SEMANA TOMISTA
Historia y Escatología

Buenos Aires - Septiembre 2018

Viernes 14 - Resumen de actividad

  (volver al programa)
16:00 Juan FERNÁNDEZ (Buenos Aires); Rocío FRAGA (Buenos Aires); María A. NÉSPOLA (Buenos Aires) :
  La disolución del orden entre naturaleza, cultura y gracia en la modernidad.

17:00 Gustavo L. BOQUIN (Buenos Aires) :
  Misterio Trinitario, origen del mundo creado para que vuelva a Él, y en dicho misterio se plenifique

17:30 María C. DONADÍO MAGGI de GANDOLFI (Buenos Aires) :
  El juicio final de la historia

Pausa-Café

18:30 Alejandro E. BENTIVEGNA SAÉNZ (Viedma) :
  Sentido atemporal del tiempo

19:00 Sebastián PIERPAULI (Buenos Aires) :
  La ley y el fin trascendente del hombre

19:30 S.E.R. Héctor AGUER (La Plata) :
  El infierno tan temido

20:00 Santa Misa



LA DISOLUCIÓN DEL ORDEN ENTRE NATURALEZA, CULTURA Y GRACIA EN LA MODERNIDAD.

Nuestro trabajo se propone meditar la raíz de la moderna autonomía que precipita la disolución del orden descubierto y afirmado en lo real elaborado, acogido y perfeccionado por la tradición especulativa greco-medieval, ocasionando, en menoscabo de la Gracia y de la naturaleza, una exacerbación inaudita de la cultura, de lo cual todos somos testigos. A la luz de la siguiente afirmación de Santo Tomás desarrollaremos nuestro análisis: “Ser tema de los principios es lo mismo que serlo de la ciencia entera, puesto que ésta se halla virtualmente contenida en los principios”. La modernidad surge a partir de una inusitada crisis del conocimiento que afecta directamente en el orden y jerarquía de las ciencias, a lo cual intenta dar respuesta. Por lo tanto nos ceñiremos a relevar aquellos elementos que consideramos centrales en la incipiente doctrina de Renato Descartes, ya que los principios de su sistema son el punto de inflexión con que se forja el pensar moderno, asiento de la nueva cultura.

Juan Fernández


Rocío Fraga


María A Néspola



MISTERIO TRINITARIO, ORIGEN DEL MUNDO CREADO PARA QUE VUELVA A ÉL, Y EN DICHO MISTERIO SE PLENIFIQUE

Santo Tomás nos enseña en las Sentencias (I, 14, 2, 2) que “la procesión de las creaturas desde el primer principio es la misma razón de su retorno o conversión, por cuanto todas regresan como a su fin al principio del que procedieron”. He tratado de relacionar esta enseñanza con el Misterio Trinitario y, a la luz del Misterio del Verbo Encarnado, en quien se esclarece la identidad y vocación del hombre y del mundo, para integrar la historia y la escatología, la creación y la redención, el hombre y Dios.
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Gustavo Luis Boquin

Nacimiento: 11-2-64 en Buenos Aires. Ordenado Sacerdote en 1991, pertenece al clero de la Arquidiócesis de Bs. As. Lic. en Teología Sistemática por la UCA, 1990. Director del Instituto de Espiritualidad y Acción Pastoral de la UCA 2001-2006. Párroco de la Basílica de Nuestra Sra. del Socorro, desde agosto de 2006. Director de la oficina de prensa del Arzobispado, 2007-2013. Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Ministerios de la CEA, 2010-2012. Vicerrector de Integración de la UCA, desde diciembre de 2017.
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EL JUICIO FINAL DE LA HISTORIA

Lo histórico es el tiempo humano, contingente y posible, cargado de indeterminación en cuanto nace de la libertad. Es un continuo de hechos irreversibles, pues lo que ha sido (pasado) ya no es y lo que es (presente) deja de ser y empuja hacia el después (futuro). Si el tiempo es la medida del movimiento, surge el interrogante de si corresponde hablar de un principio y un final. Algunas respuestas se ubican en la poshistoria, al proponer una finalidad inherente al tiempo humano que se retroalimente indefinidamente. Pero, la contradicción de la inmutabilidad y permanencia de lo contingente nos introduce en la metahistoria y en la escatología de Tomás de Aquino de un fin trascendente y sobrenatural pues, después del juicio final, se abrirá un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará un hombre nuevo.
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Dra. María C. Donadío Maggi _de Gandolfi

Es Doctora, Licenciada y Profesora en Filosofía por la UCA e In¬vestigadora del CONICET, retirada con el rango de Principal. Se ha dedicado a metafísica y filosofía práctica: ética, filosofía socio-política, filosofía del derecho y bioética. Socia Ordinaria de la PAST (Vaticano), Miembro de Número de la Academia del Plata y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Presidente de la Sociedad Tomista Argentina; Directora de la Revista Sapientia de la Facultad de Filosofía y Letras-UCA; Secretaria del Instituto de Bioética de la ANCMyP y Miembro del Comité de Ética del CONICET. Tiene más de ciento cincuenta publicaciones especializadas, en América y Europa y es autora de cuatro libros.
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SENTIDO ATEMPORAL DEL TIEMPO

El tiempo ha comenzado, el tiempo dura, pero el tiempo acaba. Y tiene un significativo sentido para un ser reflexivo, para una y toda persona humana: consumarse en la Eternidad, que es, en cierto sentido, negación del tiempo, y a la sazón, para el ser humano, su plenitud de sentido; hacia donde todas las cosas son conducidas por aquel curso hacia su consumación. Así, pues, debemos tomar cabal conciencia de que nuestro tiempo no vale oro sino vida eterna, porque es ocasión y oportunidad de alcanzar la gracia de llegar a élla por un camino sin retorno, de manera que, cuanto hayamos ganado realmente en el tiempo, amando ordenadamente, amando bien, como Dios manda, lo habremos ganado para siempre, para disfrutarlo eternamente. “Os digo, pues, hermanos que el tiempo apremia. (…) Porque la representación de este mundo va pasando.” . Y por ello, sea cual fuere el intervalo entre el momento presente y la parusía, el tiempo pierde toda importancia, puesto que el mundo futuro está ya presente en Cristo resucitado. No nos sumerjamos, pues, en las realidades terrestres ni olvidemos su carácter relativo en relación con Cristo y su Reino que viene . Consideremos con esperanza que «El cristiano que une su propia muerte a la de Jesús ve la muerte como una ida hacia Él y la entrada en la vida eterna. Y cuando la Iglesia dice por última vez las palabras de perdón de la absolución de Cristo sobre el cristiano moribundo, lo sella por última vez con una unción fortificante y le da a Cristo en el viático como alimento para el viaje. Le habla entonces con una dulce seguridad: “Alma cristiana, al salir de este mundo, marcha en el nombre de Dios Padre Todopoderoso, que te creó, en el nombre de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que murió por ti, en el nombre del Espíritu Santo, que sobre ti descendió. Entra en el lugar de la paz y que tu morada esté junto a Dios en Sión, la ciudad santa, con Santa María, Virgen, Madre de Dios, y, como criatura suya, te pongo en sus manos, pues es tu Hacedor, que te formó del polvo de la tierra. Y al dejar esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y todos los ángeles y santos… Que puedas contemplar cara a cara a tu Redentor…” (Ritual Romano, Ordo exsequiarum, “Commendatio animae”)» .
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Alejandro E. Bentivegna Saénz

Es ex alumno salesiano (Ntra. Sra. de la Guardia, Bernal); Abogado (U.M.S.A.); Licenciado en Filosofía (U.C.A.); Doctorando en Ciencias Jurídicas (U.C.A.); Relator STJ RN. Publicaciones: Mediante búsqueda por apellido en: Revista Científica;
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Sitio de Referencia : http://www.eft.org.ar



LA LEY Y EL FIN TRASCENDENTE DEL HOMBRE

Santo Tomás de Aquino en el De Regno se refiere a las funciones del gobernante y allí sostiene que la grave responsabilidad que recae sobre la autoridad que dirige a una comunidad, y que se sirve de las leyes, debe dirigirse no sólo a procurar el bienestar material de los súbditos sino especialmente a que estos medios materiales constituyan parte del camino del hombre a su felicidad última que se encuentra en la bienaventuranza perfecta de la contemplación eterna de Dios. El gobernante, representante de Dios en la tierra, debe por ello facilitar los medios que permitan alcanzar el fin trascendente del hombre y obstaculizar todo aquello que resulte contrario a este fin último.
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Dr. Sebastián Pierpauli

Abogado por la Universidad de Buenos Aires y Doctorando de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Ex Becario Conicet y Becario del Foncyt.
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EL INFIERNO TAN TEMIDO



S.E.R Mons. Héctor Aguer

Mons. Héctor Aguer es obispo desde 1992 y arzobispo desde 1998. Anteriormente ejerció el ministerio parroquial, la formación sacerdotal y la docencia universitaria. Es profesor emérito de la Universidad Católica y Gran Canciller de la Universidad Católica de La Plata. Integra varios organismos de la Curia Romana y es miembro honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino. Entre sus publicaciones se encuentran los libros: "Textos y contextos", "Desde el areópago", "Espíritu y fuego", "Pascua del Señor, nuestra Pascua", "Dos reinos: diálogos de fe y cultura" y numerosos artículos de filosofía y teología. Desde hace años tiene a su cargo en televisión una columna semanal en el programa "Claves para un mundo mejor" y todos los domingos presenta, por Radio Provincia de Buenos Aires, el programa “Los dos Reinos”. Miembro correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas desde 2012.
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Semanas Anteriores

(No digitalizadas)

  • XXV : Santo Tomás y la Educación frente al Tercer Milenio. (2000)
  • XXIV : Verdad y Libertad. (1999)
  • XXIII : Santo Tomás: Humanista cristiano (actas del jubileo). (1998)
  • XXII : Recepción y Crítica del tomismo. (1997)
  • XXI : La Creación. (1996)
  • XX : Cultura y vida. (1995)
  • XIX : Naturaleza. (1994)
  • XVIII : El tomismo frente a los problemas doctrinales actuales. (1993)
  • XVII : Razón y Fe. (1992)
  • XVI : Hombre y Sociedad. (1991)
  • XV : Los saberes según Santo Tomás. (1990)
  • XIV : El tema de Dios en Santo Tomás. (1989)
  • XIII : Tomás de Aquino y la metafísica. (1988)
  • XII : El hombre y la doctrina moral tomista. (1987)
  • XI : Pensamiento y Lenguaje. (1986)
  • X : Teoría y Praxis. (1985)