Objetivo

La Sociedad Tomista Argentina inició sus actividades en el año 1948 y su finalidad es promover los estudios filosóficos y teológicos sobre el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, con especial referencia a problemas contemporáneos y en diálogo efectivo con nuevas corrientes de pensamiento.

Más Información

Viernes 16 - Resumen de actividad

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16:00 PANEL de SITA JOVEN: La misericordia en Santo Tomás expresada a través del arte.
     Marina DI MARCO (Buenos Aires) :
       El realismo de Santo Tomás de Aquino expresado en la música.
     María A. NÉSPOLA (Buenos Aires) :
       El pensamiento de Santo Tomás en la literatura: Dante, “La Divina Comedia”.
     Mariana PASCUAL (Buenos Aires) :
       La liturgia en Santo Tomás de Aquino: himnos y oraciones.

17:00 patricio LOMBARDO BERTOLINI (Viña del Mar) :
  Misericordia y Caridad en la Escuela de Salamanca. El socorro de los pobres.

17:30 Alejandro E. BENTIVEGNA SAÉNZ (Viedma) :
  Justa conciencia.

Pausa-Café

18:30 Victor H. BASTERRETCHE (Buenos Aires) :
  Independencia, autoridad y bien común.

19:00 Luis Alberto I. MONTESANO (La Plata) :
  Justicia y Misericordia: en Dios y en la Patria.

19:30 S.E.R. Héctor AGUER (La Plata) :
  La misericordia de Dios y la nuestra.

20:00 Santa Misa



EL REALISMO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO EXPRESADO EN LA MÚSICA.

Siendo la comunidad política una sociedad perfecta a nivel natural, el bien común al que aspira abarca la totalidad de lo que todos y cada uno de sus miembros necesitan a nivel natural para alcanzar su perfección y, por lo menos, el no poner impedimentos a lo que éstos necesitan para su fin último sobrenatural. Es función de la autoridad coordinar y dirigir las acciones de todos los miembros de la comunidad para que apunten a dicho bien común y éste, una vez alcanzado, llegue efectivamente a todos y cada uno. Esto es regulado por la virtud de la justicia, concretamente por la justicia legal, dado que a ésta le compete ordenar las acciones al bien común; esta virtud atañe primariamente a la autoridad y secundariamente a los demás miembros de la comunidad política. El socorrer a los miembros más débiles de la comunidad, como acto de misericordia, es parte de esta justicia legal. La independencia de la comunidad es una condición para garantizar la búsqueda y el logro efectivos del bien común.

Marina di Marco


EL PENSAMIENTO DE SANTO TOMÁS EN LA LITERATURA: DANTE, “LA DIVINA COMEDIA”.



María A Néspola


LA LITURGIA EN SANTO TOMÁS DE AQUINO: HIMNOS Y ORACIONES.



Mariana Pascual



MISERICORDIA Y CARIDAD EN LA ESCUELA DE SALAMANCA. EL SOCORRO DE LOS POBRES.


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patricio Lombardo Bertolini

a Licenciado en Teología y Magíster en Teología. Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Filosofía y Doctor en Filosofía. Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Doctor en Teología, mención Dogmática. Facultad de Teología. Universidad Pontificia de Salamanca. España. Miembro del Equipo Internacional de Investigación de la Societá Internazionale Tomasso d’Aquino, “Giovani Ricercatori”, Pontificia Facoltá d’Lugano, Suiza y Miembro de la Sociedad Tomás de Aquino, Chile. Secretario de la Sociedad Chilena de Teología. Consejero del Instituto Jacques Maritain de Chile. Profesor de Historia de la Filosofía Medieval y de Teología Natural en el Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Profesor de Teología Fundamental en la Facultad Eclesiástica de Teología. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
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JUSTA CONCIENCIA.

En lo tocante a la realidad que mide nuestra mente, es ante la misma conciencia del conocimiento donde se sitúa el dilema ético de la potencial contraposición humana del amor Dei y del amor sui, como dos tendencias absolutizantes que concretan –más allá de revertir al quehacer teórico- el bien y el mal morales, al punto que se convierten en dos amores que propugnan dos pensamientos, y otra vez, pero en el orden práctico, dos pensamientos que edifican dos ciudades, cuyos confines pasan por el corazón mismo del ser humano, misericordioso o mesquino; porque a la postre la moral cristiana de ningún modo puede desarrollarse independientemente del soplo nuevo y misterioso que le viene de la luz del Espíritu Santo, tanto que más que racional y sapiencial el discernimiento moral de los creyentes es espiritual; y aquí interviene el tema importantísimo de la formación de la conciencia, 27 porque sólo “la conciencia del amor indestructible de Dios es la que nos sostiene en el duro y apasionante compromiso por la justicia, por el desarrollo de los pueblos, entre éxitos y fracasos, y en la tarea constante de dar un recto ordenamiento a las realidades humanas. El amor de Dios nos invita a salir de lo que es limitado y no definitivo, nos da valor para trabajar y seguir en busca del bien de todos”, 28 mientras peregrinamos por este mundo, donde ciertamente es “dichoso aquel cuya conciencia nada le reprocha ni ha perdido la esperanza” (Si 14,2); donde todavía “dos son los fuegos que avivan el amor, el de la información inicial por el bien que lo embeleza y lo arranca de sí mismo y el último, en que el bien del enamoramiento crepuscular se confunde realmente en el amante para que se haga realmente lo amado. ¡Bienaventuranza, cuando el amor descansa en el gozo del Bien!” (Donadío Maggi de Gandolfi, María C., Ibíd.; p. 290.)

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Alejandro E. Bentivegna Saénz

Es ex alumno salesiano (Ntra. Sra. de la Guardia, Bernal); Abogado (U.M.S.A.); Licenciado en Filosofía (U.C.A.); Doctorando en Ciencias Jurídicas (U.C.A.); Relator STJ RN. Publicaciones: Mediante búsqueda por apellido en: Revista Científica;
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Sitio de Referencia : http://www.eft.org.ar



INDEPENDENCIA, AUTORIDAD Y BIEN COMÚN.


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Victor Horacio Basterretche

Bachiller Universitario y Profesor en Filosofía (UNSTA), Licenciatura en curso (tema: Las pruebas de que Dios Es en los Escritos de San Alberto y Santo Tomás sobre las Sentencias de Pedro Lombardo). Diplomado en Cultura Ucrania (Universidad Católica Ucrania San Clemente Papa-Filial Bue-nos Aires). Profesor de Latín y Griego en el Seminario de FASTA. Profesor de Idioma Ucranio y de Literatura Ucraniana I en el Instituto de Cultura y Educación Ucrania Patriarca Iósyf I Slipýi (dependiente de la Universidad Católica Ucrania en Lviv). Profesor de materias filosóficas y pedagógicas en colegios secundarios. Miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Tomista Argentina. Traducciones publicadas: SANTO TOMÁS DE AQUINO, Del movimiento del corazón (De motu cordis), Ediciones Athanasius/Scholastica, Buenos Aires, 1994. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Sobre la astrología (De iudiciis astrorum), Ed. Santiago Apóstol, Buenos Aires, 1998.
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JUSTICIA Y MISERICORDIA: EN DIOS Y EN LA PATRIA.

¿Cómo armonizar la justicia, la misericordia y el fin de la sociedad civil en las circunstancias actuales de nuestra patria? La respuesta parece ser la siguiente: es preciso volver la mirada a Dios, al Dios misericordioso, que nos da y sostiene en el ser, no porque tengamos derecho, sino por bondad. También debemos mirar al Dios justo, que da a cada creatura el ser proporcionado a su dignidad, y que cuando nosotros, que somos libres nos descarriamos, nos ofrece el perdón, pero no lo impone. Resulta urgente, para aspirar de verdad al bien común, que cada uno de los miembros de nuestra patria ofrezca la misericordia por las ofensas recibidas, y se comprometa con la justicia en el porvenir. Ello, porque como afirmara Santo Tomás, la justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia es la madre de todas las disoluciones.
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Luis Alberto I Montesano

Nació en Buenos Aires el 9 de marzo de 1983. Es Abogado por la UCA (2006), y Doctor en Derecho por la Universidad de Zaragoza (2011). Fue profesor ayudante de Derecho Procesal Civil y Ética Profesional en la Universidad Austral (2006-2011); y de Elementos de Derecho en la UCA (2007-2008). Publicó artículos de Derecho Procesal Civil y de Bioética en Argentina y España. Participó en conferencias, y seminarios de Derecho Procesal, Ética Profesional de Abogados y Bioética en Argentina, Chile, España e Italia. Fue Vicepresidente de la Comisión de Jóvenes del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires (2007-2008). Desde 2011 es seminarista y estudia Filosofía y Teología en el Seminario Mayor San José de La Plata, Argentina.



LA MISERICORDIA DE DIOS Y LA NUESTRA.


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S.E.R Mons. Héctor Aguer

Mons. Héctor Aguer es obispo desde 1992 y arzobispo desde 1998. Anteriormente ejerció el ministerio parroquial, la formación sacerdotal y la docencia universitaria. Es profesor emérito de la Universidad Católica y Gran Canciller de la Universidad Católica de La Plata. Integra varios organismos de la Curia Romana y es miembro honorario de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino. Entre sus publicaciones se encuentran los libros: "Textos y contextos", "Desde el areópago", "Espíritu y fuego", "Pascua del Señor, nuestra Pascua", "Dos reinos: diálogos de fe y cultura" y numerosos artículos de filosofía y teología. Desde hace años tiene a su cargo en televisión una columna semanal en el programa "Claves para un mundo mejor" y todos los domingos presenta, por Radio Provincia de Buenos Aires, el programa “Los dos Reinos”. Miembro correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas desde 2012.
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Jueves 15 - Resumen de actividad

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16:30 Yohana CORTEZ (San Juan) :
  Justicia y Misericordia: pinceladas filosóficas a la luz de Santo Tomás de Aquino y Edith Stein.

17:00 María Fernanda BALMASEDA CINQUINA (Buenos Aires) :
  “Tolerancia cero”. “Justificar” en Santo Tomás y en el Papa de la Misericordia.

17:30 José I. FERRO TERRÉN (Buenos Aires) :
  La virtud de la piedad.

Pausa-Café

18:30 Hugo A. VERDERA (Buenos Aires) :
  ¿Misericordia sin Justicia? Reflexiones en Santo Tomás.

19:00 Fernando A. BERMÚDEZ (Mendoza) :
  Justicia y Misericordia. De Santo Tomás de Aquino a William Shakespeare.

19:30 Carlos J. MOSSO (Buenos Aires) :
  Justicia, Misericordia y Derecho Penal.

20:00 Juan Pablo SANCHO (Mendoza) :
  La Justicia y la Misericordia en la doctrina de la predestinación de la Suma Teológica.



JUSTICIA Y MISERICORDIA: PINCELADAS FILOSÓFICAS A LA LUZ DE SANTO TOMÁS DE AQUINO Y EDITH STEIN.

Así dice esta sentencia luminosa del Doctor Angélico: La justicia sin misericordia es crueldad, la misericordia sin justicia es la madre de la disolución. La reflexión filosófica se detuvo en la contemplación de lo que es justo y estableció la medida de la relación correcta entre los hombres. En Filosofía se destaca la centralidad de la justicia en el organismo moral, es la virtud humana por excelencia, que perfecciona la voluntad, la torna firme y constante en el querer del bien para reconocer y otorgar a cada uno lo que le corresponde. En el marco de los festejos por el Bicentenario de nuestra Independencia y, a su vez, en el Año Santo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, nos permitimos reflexionar acerca de la Justicia y la Misericordia a la luz de algunos textos filosóficos de Santo Tomás de Aquino y Edith Stein.
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Yohana Cortez

Nació en San Juan. Es alumna de la carrera Profesorado en Filosofía, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Catamarca. Es Miembro del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas "Manuel Alvar", Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, Universidad Nacional de San Juan. Socia Pre-Titular de la Sociedad Tomista Argentina y Miembro de AFRA (Asociación Filosófica Argentina). Ha desarrollado actividades de investigación en el "Centro de Estudios Filosóficos Medievales" y en el "Centro de Filosofía Clásica Alemana" en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Sus investigaciones y publicaciones giran en torno a Edith Stein, su Maestra de Vida.
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“TOLERANCIA CERO”. “JUSTIFICAR” EN SANTO TOMÁS Y EN EL PAPA DE LA MISERICORDIA.

La ponencia considera algunos aspectos del tema central de la justificación en las reflexiones espirituales del obispo Karol Wojtyla. Ello permite establecer un vínculo con el pensamiento clásico del Doctor Común de la Iglesia en el tratado de la gracia, como asimismo, manifestar su propia coherencia intelectual a través de los registros en su magisterio pontificio ya siendo Juan Pablo II. Se concluye con el concepto recto de misericordia según la completa doctrina católica.
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María Fernanda Balmaseda Cinquina

Católica. Argentina. Hija de Ángel Hugo Balmaseda Nadal y Delia Cinquina de Balmaseda, sobrina y ahijada de Leonor Cinquina, y mamá postiza de Luli y Queru, y de Macacha y Donato. Bachiller Universitaria, Profesora y Licenciada en Filosofía (UNSTA). Doctoranda en Filosofía (UCA). Ha dado clases en la UBA, UNSTA, Austral y UCA, donde actualmente ejerce su actividad con exclusividad (Facultad de Derecho, y Facultad de Filosofía y Letras). Tiene más de cincuenta publicaciones en revistas nacionales y extranjeras y participaciones en Congresos de Argentina y Europa. Es coautora de varios volúmenes (AA.VV). Sus temas de investigación giran en torno a metafísica, antropología y ética, principalmente en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino y de Karol Wojtyla/Juan Pablo II. Vocal de la Sociedad Tomista Argentina (1996 – 2008).
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LA VIRTUD DE LA PIEDAD.

Se desea resaltar la virtud de la piedad con el amor a Dios, a los padres y consanguíneos y a la Patria con la guía del Aquinate, doctrina recogida en el Magisterio de la Iglesia. Se recuerda también, la piedad de los congresales en el año del Bicentenario de la Independencia y la mención del célebre orador, venerable Fray Mamerto Esquiú.
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Dr. José Ignacio Ferro Terrén Pbro.

Sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Abogado (UBA) y licenciado en Teología Dogmática (UCA) con una tesis sobre la ley natural en la Suma Teológica. Profesor de Teología Espiritual en el Instituto del Profesorado Ntra. Sra. de las Nieves. Miembro de la Sociedad Tomista Argentina, ha colaborado en la revista Sapientia y ha dictado cursos de teología dogmática y espiritualidad. Secretario de la Vicaría Episcopal de Devoto. Vicario parroquial de San José del Talar. Capellán del Hogar de Ancianas San José de la Montaña.
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¿MISERICORDIA SIN JUSTICIA? REFLEXIONES EN SANTO TOMÁS.

Analizando la elaboración tomista respecto al tema, se advierte el intento de distorsión actual de la relación entre “misericordia” y “justicia”, y la consecuente disolución del concepto de pecado, y sus consecuencias en el contexto interno del catolicismo y su relación con la cultura moderna. Pensamos que la luminosa sentencia de Santo Tomás de Aquino: “la justicia sin misericordia es crueldad; la misericordia sin justicia es la madre de la disolución” (Lectura super Matth., ed. Cai, 429), encierra la síntesis básica y esencial de la relación “justicia y misericordia”. La cuestión plantea un problema central de filosofía y teología del derecho, de plena actualidad. Quienes interpretan, a nuestro entender, ideológicamente, que existe un valor más alto que la justicia, al que sitúan en un estamento superior, en el orden propiamente católico el de la caridad, orden manifestado centralmente por el Verbo Encarnado, en el acto de amor supremo consagrado en la cruz, orden que por lo tanto es la plenitud de la ley, es “la justicia del Reino”, deforman esta realidad. Y lo hacen ideológicamente. Porque para Santo Tomás, este real orden, auténticamente nuevo y perdurable, lo es por ser sobrenatural, y como tal supone lo natural y adquiere su plena solidez, convirtiéndose así, en la auténtica salvaguarda del orden humano, que por ser natural y querido por el Creador, se consolida en la justicia. Ello conduce necesariamente a puntualizar “la centralidad de la justicia en el organismo moral; es la virtud humana por excelencia, que perfecciona la voluntad, la torna firme y constante en el querer del bien para reconocer y otorgar a cada uno lo que le corresponde”. Para Santo Tomás toda obra de la justicia divina presupone siempre la obra de la misericordia divina y se funda en ella; puesto que la misericordia (caridad) es la esencia básica de toda obra de Dios. Y en realidad lógica y ontológica los conceptos humanos de justicia y misericordia sólo pueden aplicarse analógicamente a la soberana elevación de la esencia divina. Dios es justo porque es misericordioso y es misericordioso porque es justo. Por eso resulta plenamente real, y guía concreta para la conducta del hombre la imitación por su parte de la actitud divina, la expresión del Doctor Angélico antes citada: “la justicia sin misericordia es crueldad; la misericordia sin justicia es la madre de la disolución”.
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Dr. Hugo Alberto Verdera

Es Abogado y Doctor en Derecho, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba. Realizó estudios superiores de Filosofía, Teología y Doctrina Social de la Iglesia. Profesor Titular de Filosofía Jurídica en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de la Plata, Sede San Martín, Provincia de Buenos Aires. Responsable del Área de Investigación Jurídica de la Universidad Católica de la Plata, por la Sede San Martin de la misma. Miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Tomista Argentina (Vocal). Ex Profesor Pro titular de Filosofía del Derecho y Derecho Natural y de Ética Profesional, y ex Profesor Adjunto de Teología III (Doctrina Social Católica), en las Facultades de Derecho y Ciencias Políticas, de Ciencias Económicas, de la Pontificia Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires. Desde el año 2013, es realizador y conductor del programa “El compromiso del laico”, emitido semanalmente por Internet, en el canal “Toda la Verdad Primero” (TLV1).
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JUSTICIA Y MISERICORDIA. DE SANTO TOMÁS DE AQUINO A WILLIAM SHAKESPEARE.

La presente exposición tiene por objeto analizar la Justicia y la Misericordia en el juicio divino y en el juicio humano según Santo Tomás de Aquino y su proyección en la obra de William Shakespeare, a través de las obras Tempestad, Medida por medida y El mercader de Venecia. La referencia abstracta de la justicia, la misericordia, el derecho y las leyes, y aun a la justicia concreta llevada a cabo por el juez al sentenciar, no exigen necesariamente que el que conoce obre justamente desde el punto de vista de la virtud. En este sentido, se mostrarán los eternos principios de esa virtud a través de la literatura, que no define ni conceptualiza nada, sino que nos hace comprender la experiencia humana a través de los personajes, la trama y los sucesos propuestos por el autor. Shakespeare comprendió cabalmente los alcances de la justicia y la misericordia, la indulgencia y la venganza, así como la ternura y el perdón. En vano se buscaría, afirma Benedetto Croce, entre los cantos de Shakespeare, el canto de la conciliación, de la avenencia de los contrarios, de la pacificación interior, del apaciguamiento; pero la palabra de la verdad, el canto de la justicia, resuena de un extremo a otro de su obra.
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Fernando Adrián Bermúdez

Es Abogado y Profesor de Grado Universitario en Ciencias Jurídicas, egresado de las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la UNCuyo. Doctorando en Derecho (Mención Filosofía del Derecho) en la Facultad de Derecho de la UNCuyo. Director Dr. Carlos Ignacio Massini Correas. Resolución Nº 70 CD FD – UNCuyo. Profesor de Filosofía del Derecho en la Carrera de Abogacía de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo desde el año 2008 hasta la fecha. (Resolución Nº 455), y en la Carrera de Abogacía de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Mendoza desde el año 2008 hasta la fecha. (Resolución de Decanato Nº 22/10). Profesor de Introducción a los Estudios del Derecho en el Ingreso a la Carrera de Abogacía de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo desde el año 2010 hasta la fecha. (Resolución en trámite) Profesor de “Pedagogía en Derecho” en el “Curso de Iniciación a la Docencia Universitaria”, organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo, desde el año 2010 hasta la fecha. (Resolución Nº 224). Investigador Becario de la Universidad Nacional de Cuyo, durante los periodos de 2005/2007 y 2007/2009 correspondientes a las Becas Bianuales. (Resolución Nº 658 y Resolución Nº 882).y Becas Anuales durante el periodo 2006/2007, 2009/2010 y 2010/2011 (Resolución Nº 498, Nº 511 y Nº 452).
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JUSTICIA, MISERICORDIA Y DERECHO PENAL.

Aplicar una pena al que cometió un delito es una exigencia de la justicia, siendo el carácter de la pena temporal de carácter más medicinal que retributivo, en el pensamiento de Santo Tomás, lo que no es óbice para que opere la misericordia en el margen que la ley permite al juzgador.
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Dr. Carlos José Mosso

Es abogado, músico y maestro de ceremonias. Fue profesor de derecho penal y de derecho constitucional en la Pontificia Universidad Católica Argentina, en la Universidad del Salvador, en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Católica de Salta. Premio Academia Nacional de Medicina 1994 por el trabajo: “Problemas éticos que plantean las técnicas que actúan sobre la reproducción humana” en colaboración con Monseñor Domingo Basso y los Dres. Héctor Mosso, Fermin Merchante y José Buroni. Fundador junto con el Dr. Horacio Sanchez de Loria Parodi del taller filosófico “Club de las 10”. Tiene 4 libros publicados (dos en colaboración) y artículos en la revista jurídica El Derecho” y en la revista de filosofía Gladius.
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LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA EN LA DOCTRINA DE LA PREDESTINACIÓN DE LA SUMA TEOLÓGICA.

Santo Tomás considera que la predestinación es la razón que existe en Dios de conducir a la creatura racional al fin de la vida eterna. Porque Dios es espiritual, su obrar será intelectual y voluntario. La razón o idea de la obra precede, en el que realiza algo, a la ejecución externa. Este plan divino es llamado providencia y, cuando ese plan hace referencia al fin sobrenatural al que Dios destina a algunas creaturas espirituales, se llama predestinación. Justicia y misericordia divinas pueden ser especialmente destacadas en esta doctrina. Al situarse en la decisión divina previa a toda existencia, resplandece la misericordia como motivo fundamental de todo el obrar divino. Misericordia que Santo Tomás entiende como socorro de una miseria, de un defecto, y que en sentido propio se aplica a las criaturas espirituales. La justicia quedará manifiesta al resaltar la conformidad del obrar divino con su propio ser, con su verdad. Prudencialmente ha elegido Él uno de los infinitos mundos posibles, y lo ha elegido antes del tiempo, y ha decidido coronarlo con seres que puedan alcanzarlo personalmente a Él. Todo el universo refleja el orden de su justicia, la elección de su misericordia. Finalmente se descubre a la Bondad divina como centro metafísico de la predestinación, la justicia y la misericordia. Bondad que se comunica como causa eficiente al decidir todos los dones de la naturaleza y de la gracia, Bondad personal que se obtiene como fin y consumación de todo el universo en la visión beatífica, teniendo como vértice la misma Unión hipostática.
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Juan Pablo Sancho

Ordenado sacerdote de la Diócesis de San Rafael, el 14 de diciembre de 2002. Realizó sus estudios de filosofía y teología en el seminario Santa María Madre de Dios, de dicha diócesis. Realizó la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Católica de Cuyo en el 2011. Realizó la Licenciatura en Teología en la Universidad Angelicum de Roma en el 2014. Es profesor de filosofía del seminario diocesano desde el 2004 y de teología desde el 2014.
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Martes 13 - Resumen de actividad

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16:30 Patricia C. PÉREZ DE CATALÁN (Córdoba) :
  Acerca de la Misericordia divina. Algunas breves consideraciones

17:00 Zelmira SELIGMANN (Buenos Aires) :
  La Misericordia en la psicoterapia.

17:30 Amadeo J. TONELLO (San Miguel de Tucumán) :
  Justicia y Misericordia como atributos divinos. Trascendencia frente al antropomorfismo

Pausa-Café

18:30 María C. DONADÍO MAGGI de GANDOLFI (Buenos Aires) :
  Las injusticias y la forma de vencerlas

19:00 Carlos I. MASSINI CORREAS (Mendoza) :
  Nota sobre justicia y solidaridad. La tradición clásica y las propuestas liberales

19:30 Alejandro A. TAGLIAVINI (Buenos Aires) :
  Hacia el fin de la justicia penal

20:00 Marcos J. RIAL (Buenos Aires) :
  La Misericordia como vehículo de la Providencia. El caso de “El Señor de los Anillos”.



ACERCA DE LA MISERICORDIA DIVINA. ALGUNAS BREVES CONSIDERACIONES

El Antiguo y el Nuevo Testamento enseñan a Dios misericordia en su inquebrantable alianza con el hombre, desde los comienzos con Israel, pueblo elegido para servirle, hasta culminar con el sacrificio de su Hijo unigénito para la salvación de la humanidad toda. Su alianza transluce la misericordia difiriendo de la justicia pero no en contraste con ella, siempre que se admita en la historia del hombre la presencia de Dios, el cual desde la creación misma se ha vinculado con especial amor a su criatura. Amor, que por su naturaleza, excluye el odio y deseo de mal respecto de Aquel que una vez ha hecho donación de sí mismo. Con ocasión del pecado, y si el pecador no se endurece conmovido por el justo castigo que le acarrea su falta, único límite para la misericordia divina, el corazón del hombre entra más profundamente en el misterio de su ternura y su magnanimidad infinitas, pues, enseñándolas, exige a sus criaturas lo mismo mutuamente, liberándolo así de la estrechez y la mezquindad humanas. En consecuencia, desde el principio hasta el fin manifiesta Dios su ternura con ocasión de la miseria humana, de maneta tal que el hombre, a su vez, debe mostrarse misericordioso con el prójimo a imitación de su Creador, para retornar a Él.
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Lic. Patricia Carolina Pérez de Catalán

Licenciada en Filosofía por la Universidad Nacional de Córdoba. Profesora interina de Problemas del Conocimiento y Formas del Razonamiento Jurídico, en la Carrera de Abogacía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Profesora titular de las cátedras de Iniciación al Conocimiento Científico y Ética Profesional en la Carrera de Licenciatura en Conducción de Recursos Aeroespaciales para la Defensa, y de Deontología Militar del Curso de Extensión Capacitación en Instrucción para Oficiales, en la Escuela de Aviación Militar de la Fuerza Aérea Argentina. Profesora titular de Historia de la Filosofía Medieval y Antropología Filosófica en la Carrera de Filosofía en el Instituto Salesiano de Formación Docente Pío X. Profesora de Introducción a la Filosofía, Filosofía de la Naturaleza, Historia de la Filosofía Moderna, Antropología Filosófica y Metafísica de la Formación del Pre-noviciado de los Padres Escolapios de Argentina. Profesora Investigadora del Programa Nacional de Incentivos, en la Universidad Nacional de Villa María. Autora del libro Heidegger. Relato de Myriam Corti; de artículos publicados en Res-Vista de la Asociación Civil de Investigaciones Filosóficas, de Córdoba; de los Proyectos de Investigación del Programa de Incentivos; de la Sociedad Argentina de Filosofía; entre otros
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LA MISERICORDIA EN LA PSICOTERAPIA.

La misericordia supone remediar las miserias humanas. Nos compadecemos por la infelicidad que se sigue a los males que son de diversos tipos: contra la naturaleza, en las elecciones erróneas de la vida y cuando se han buscado bienes y sobrevinieron males. La psicoterapia que supone cuidar y curar, debe acompañar, impulsar y alentar la búsqueda del bien más perfecto en todas las situaciones de la vida. Esto supone muchas veces un cambio radical, una verdadera metanoia que, según el psiquiatra R. Allers, es la única forma de curación de la neurosis.
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Zelmira Seligmann

Licenciada en Psicología, Profesora de Psicología y Pedagogía, por la Pontificia Universidad Católica “Santa María de los Buenos Aires”. Licenciada en Filosofía y Doctora en Filosofía por la Universidad Pontificia “Regina Apostolorum” de Roma. Profesora en la Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”. Profesora titular de las cátedras de Psicología General y Psicología del Desarrollo I en la Universidad Católica de La Plata. Publicaciones: La ley y la Psicología moderna, EDUCA Buenos Aires 2012; La Psicología ante la Gracia, en colaboración, EDUCA, 1996; Bases para una psicología cristiana, en colaboración, EDUCA, 2005; y múltiples artículos.
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JUSTICIA Y MISERICORDIA COMO ATRIBUTOS DIVINOS. TRASCENDENCIA FRENTE AL ANTROPOMORFISMO

El presente trabajo busca considerar desde una mirada teológica, inspirada en Santo Tomás de Aquino, los atributos divinos de justicia y misericordia. Es necesario evitar el antropomorfismo en el que fácilmente se puede caer si no se purifica estos conceptos de su base empírica humana. La justicia divina existe sobre todo como congruencia del obrar de Dios con su propio ser, y brota de la misericordia, que expresa mejor la plenitud del ser divino que no se mide ni se limita por sus efectos. La misericordia divina no es una especie de justicia mitigada, sino la plenitud de su ser que se derrama en el amor.
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Amadeo J. Tonello

Es sacerdote de la Arquidiócesis de Tucumán. Doctor en Filosofía. Profesor de Ética en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Tucumán) y en el Seminario Mayor Arquidiocesano. Autor, entre otras publicaciones, de: “La racionalidad de las inclinaciones naturales en Santo Tomás de Aquino (EDUSC, Roma, 2008), y “El desafío de la ley natural” (Ed. UNSTA, Tucumán, 2009).
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LAS INJUSTICIAS Y LA FORMA DE VENCERLAS

Tomás de Aquino asume la misma metodología que Aristóteles en el libro V de La Ética a Nicómaco sobre «La justicia», de forma tal que comienza el tratado (que se extiende entre las cuestiones 57-122 de la Summa Theologiae II-II) presentando el derecho como objeto de la justicia y la justicia como virtud e, inmediatamente y a lo largo de diecisiete cuestiones, se ocupa de la injusticia y de los diferentes vicios que comprende. En este proceder metodológico el filósofo griego, a quien Tomás de Aquino sigue como su maestro, supone que en el lenguaje corriente el hablar de las injusticias es más recurrente. A su vez, el Aquinate, para neutralizar y contraponer a las distintas formas de injusticia, cuarenta, de las cuestiones restantes, son dedicadas a las virtudes anexas a la justicia, en especial a la epiqueya («epieikeia» o «equidad») que resulta especialmente solicitada en la sociedad contemporánea, ya que atiende a los conflictos de aplicar una ley positiva a una situación concreta si la ley resultase defectuosa a causa de su universalidad. Por último, el conflicto entablado entre la aplicación justa de la ley y los casos particulares, nos manifiesta, una vez más, la interconexión entre las virtudes sociales, pues la justicia requiere de la verdad prudencial y de la disposición amorosa hacia el prójimo que se expresa en la amistad política y en la caridad. A su vez, esta última incide a través de sus efectos: la paz y la misericordia.
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Dra. María C. Donadío Maggi _de Gandolfi

Es Doctora en Filosofía, Profesora Titular Ordinaria de Filosofía en la UCA (Facultad de Filosofía y Letras e Instituto de Bioética) e In¬vestigadora Principal del CONICET. Se ha dedicado particularmente a la filosofía práctica: ética, filosofía socio-política, filosofía del derecho y bioética. Ha desa¬rrollado una extensa carrera docente desde 1968 hasta la actualidad en UCA, UBA, UNSTA y AUSTRAL. Es Socia Ordinaria de la Pontificia Accademia di S. Tommaso d'Aquino (Vaticano), Miembro de Número de la Academia del Plata y Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Es Presidente de la Sociedad Tomista Argentina; Directora de la Revista Sapientia de la Facultad de Filosofía y Letras-UCA; Secretaria del Instituto de Bioética de la ANCMyP y Miembro del Comité de Ética del CONICET. Es autora de la tra¬ducción del Comentario al `Libro del Alma' de Aristóteles de Sto. Tomás de Aquino; de Amor y bien; Los problemas del amor. En Santo Tomás de Aquino; de Biodiversidad y Biotecnología. Reflexiones en bioética y de La función de la razón en la Ética y en la vida moral. Tiene más de ciento cincuenta publicaciones especializadas, en América y Europa.
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NOTA SOBRE JUSTICIA Y SOLIDARIDAD. LA TRADICIÓN CLÁSICA Y LAS PROPUESTAS LIBERALES

En el presente trabajo el autor intenta mostrar que el fundamento de la ética de la solidaridad radica en el bien común de la sociedad de que se trate, en especial de la sociedad política. En consecuencia, las propuestas liberales, centradas en la autonomía y en el bien meramente individual no son capaces de explicar y justificar la existencia de deberes y derechos de solidaridad humana.
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Dr. Carlos I. Massini Correas

Es Doctor en Derecho y en Filosofía; autor de veintiocho libros y de más de ciento setenta artículos de Ética, Filosofía Jurídica y Filosofía Política. Profesor titular de Filosofía Jurídica y de Ética en la Universidad de Mendoza.
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HACIA EL FIN DE LA JUSTICIA PENAL

La intención de este escrito es demostrar que la “mano dura” es contraproducente y que, por el contrario, el ideal -el deber ser adonde hay que tender- es a disminuir lo más que se pueda a la “justicia penal”. No se trata de “permisivismo” entendido como el “permiso” para hacer cualquier cosa sin que las malas conductas entrañen algún castigo, sino de asumir que la violencia -la represión violenta del delito- empeora las cosas. Los delitos, las faltas, los pecados conllevan -en principio- su propia pena, precisamente por ello son actos malos, porque violan el orden natural, el orden establecido por Dios, que es el único camino al desarrollo del bien.
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Alejandro A. Tagliavini

Ingeniero Civil (UBA). Actividades Académicas: Desde 2006, Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity del The Independent Institute de Oakland California, EE.UU. Títulos Honorarios: "Guardian of the Treasury", otorgado por el Gobernador del Estado de Nuevo Mexico, EE.UU, etc. Obras publicadas: "El Futuro de la Esperanza. Ensayo sobre la Sociedad", Eumed, Universidad de Málaga. Otros ensayos y más de 1000 artículos de opinión en más de treinta medios del mundo como El Nuevo Herald (Miami), La Prensa (Argentina), La Prensa (Nicaragua), La Prensa (Panamá), El Mercurio (Chile), El Observador (Uruguay), Libertad Digital (España), ABC (Paraguay), El Comercio (Perú), El Cronista, Infobae, Ambito Financiero, La Voz del Interior, El Universal (Venezuela), El Tiempo.com (Colombia), etc.
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LA MISERICORDIA COMO VEHÍCULO DE LA PROVIDENCIA. EL CASO DE “EL SEÑOR DE LOS ANILLOS”.

En este trabajo se aborda un desarrollo de la virtud de la misericordia y cómo esta posibilita el obrar de la providencia. El caso a analizar es el ocurrido con dos personajes de “El Señor de los Anillos” en el que, a nuestro parecer, se aprecia de modo ejemplar cómo el hecho de perdonar la vida a quien merece la muerte reporta inimaginables beneficios a quien ha obrado de manera virtuosa, resultando sumamente iluminador para el obrar en nuestros días.
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Marcos José Rial

Bachiller con orientación en Administración de las Organizaciones, egresado del Colegio Instituto San Isidro Labrador, Buenos Aires. Actualmente es estudiante del 5º año de la carrera Licenciatura y Profesorado en Filosofía en la UNSTA. Miembro de la división juvenil de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino.
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Miércoles 14 - Resumen de actividad

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16:30 Mariana RODRIGUEZ RUIZ (Buenos Aires) :
  La experiencia del perdón como confirmación del valor propio y ajeno.

17:00 Eugenio YÁÑEZ ROJAS (Santiago de Chile) :
  Justicia y Misericordia en el pensamiento del Papa Francisco

17:30 Horacio SÁNCHEZ DE LORIA PARODI (Buenos Aires) :
  Justicia y Misericordia en la vida política

Pausa-Café

18:30 Luis E. LARRAGUIBEL DIEZ (Buenos Aires) :
  Razón de predestinación: la controversia entre el “concursus simultaneus” molinista y la “praemotio physica” tomista.

19:00 José L. WIDOW LIRA (Viña del Mar) :
  ¿Puede la Misericordia suspender a la justicia?

19:30 Javier CASAUBON (Buenos Aires) :
  La Misericordia como plenitud de la Justicia.

20:00 Mariana Laura VOGLIAZZO (Las Piedras) :
  Relación entre la Justicia y la Caridad y sus implicancias en la teología moral.



LA EXPERIENCIA DEL PERDÓN COMO CONFIRMACIÓN DEL VALOR PROPIO Y AJENO.

Vivimos en la era de los espacios abandonados, vaciados de sustancia. El hundimiento de los ideales y el vacío de sentido ya no llevan a la angustia metafísica, lo único que hay es indiferencia, objetividad fría, abandono de lo real, soledad indiferente. Y al hombre indiferente ya nada le sorprende, el mundo ha perdido para él su encanto. La figura de Narciso representa el nuevo modelo de hombre y de sus relaciones, obsesionado y replegado sobre sí. La relación con el hombre ha sucumbido y la figura del otro ha desaparecido de la escena social: el hombre se ha vuelto incapaz de vivir lo otro. Al cerrarse sobre sí mismo, el hombre se aísla, se vuelve egoísta, olvida la trascendencia del otro y destierra de su casa toda posibilidad de hospitalidad. Sin embargo, el hombre busca comulgar con la mirada del otro que lo confirma en su existencia individual, y de esta comunión depende su vida. Creemos que una de las vías posibles para poder abrir paso a la figura del otro en nuestra sociedad contemporánea, es la del perdón. Esta experiencia nos pone ante el valor de nuestra existencia. Y esta confirmación se da en un doble plano: en primer lugar, precisamos experimentar la misericordia de Dios; pero paradójicamente esto no nos basta, requerimos también del perdón de nuestros hermanos para que nuestra vida prosiga. Al recibir el perdón somos confirmados en nuestro valor, a pesar de las miserias. Al otorgarlo, confirmamos el valor del otro y nos hacemos más semejantes a Dios.
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Lic. Mariana Rodriguez Ruiz

Recientemente finalizó sus estudios correspondientes a la Licenciatura en Filosofía, y actualmente se encuentra realizando su tesis de grado y las últimas materias correspondientes al Profesorado en Filosofía.
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JUSTICIA Y MISERICORDIA EN EL PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO

El amor por la justicia y la vivencia de la misericordia han acompañado no solo el pontificado del Papa Francisco, sino también al sacerdote e incluso al estudiante. En la presente ponencia se pondrá de relieve la importancia de ambos conceptos, y se examinará, por una parte, el insustituible rol que le asigna el Papa a la justicia en el sistema económico actual, y por otra parte, la especial apelación a la misericordia como criterio de discernimiento –y quizá como vía de solución – ante la situación de los divorciados vueltos a casar civilmente.
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Eugenio Yáñez Rojas

Eugenio Yáñez Rojas (1961) estudió filosofía en la Universidad Austral de Valdivia. Se doctoró en Alemania en la Universidad de Osnabrück. Actualmente se desempeña como profesor en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez. Se ha dedicado principalmente a la reflexión antropológica y ética, destacando entre sus líneas de investigación la ética económica, política y de los medios de comunicación social. Entre sus libros se cuentan: “Die soziale Marktwirtschaft als Option für die armen in Chile” (1995, editado en Alemania), “Crisis y Esperanza. Una mirada antropológica y ética al hombre contemporáneo” (2004); “Economía social de mercado en Chile: ¿mito o realidad?” (2005. Reeditado en el 2013); “Medios de Comunicación Social. Una aproximación desde la ética” (2007); “Cuestión de vida o muerte. La discusión bioética en Chile tras el regreso a la democracia” (2011).
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JUSTICIA Y MISERICORDIA EN LA VIDA POLÍTICA

Como estamos inmersos en la lógica estatal- con sus notas de secularización, uniformidad y masificación de la vida social-no cuesta vincular a la política con altos fines, con fines personales elevados, con el perfeccionamiento, la mejora y la conformación del carácter personal. Sin embargo en la concepción tradicional es éste es el efecto buscado, el efecto esperado del bien común, del clima social que debería surgir del bien común. De allí que los progresos de las personas sean en gran medida efecto del tipo de organización comunitaria en la que viven. Por eso para el Aquinate la política tiene una eminente dignidad, por ser la principal ciencia práctica, ya que versa sobre el objeto más noble, el último y perfecto bien en las cosas humanas. El sentido profundamente humano del pensamiento político tomista se refleja en el hecho de que para el doctor angélico el fin de la ley y de la justicia es la amistad.El orden de la justicia está al servicio de la amistad.
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Horacio Sánchez de Loria Parodi

Abogado (UBA), Doctor en Derecho (UBA). Licenciado en Psicología (UBA). Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra). Profesor Titular en el Doctorado de Derecho de la Universidad del Museo Social Argentino. Miembro de la Sociedad Tomista, de la Junta de Historia Eclesiástica y del Instituto de Filosofía política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
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RAZÓN DE PREDESTINACIÓN: LA CONTROVERSIA ENTRE EL “CONCURSUS SIMULTANEUS” MOLINISTA Y LA “PRAEMOTIO PHYSICA” TOMISTA.

En 1588, el jesuita Luis de Molina publicaría su famosa Concordia liberi arbitrii cum gratiae donis, en la cual intenta defender – contra el fatalismo protestante - la libre determinación de la voluntad con respecto a su fin último sobrenatural. Sin embargo, las explicaciones teológicas del P. Molina suponen graves errores metafísicos, particularmente contra los atributos divinos y el gobierno y providencia de Dios sobre sus creaturas. El sistema molinista se fundamenta en cuatro tesis fundamentales: primero, el concurso general o simultáneo de Dios sobre las causas segundas en las que Dios no obra in sino cum causa, donde la acción de la creatura determina al Creador a producir conjuntamente un efecto; segundo, el concurso particular en las acciones sobrenaturales de la creatura, donde la eficacia de la gracia depende exclusivamente del libre arbitrio creado y no del decreto divino; tercero, la ciencia media – ubicada entre la ciencia de simple inteligencia y visión – por la cual Dios conoce los futuros contingentes de modo condicional y no necesario, es decir, el Creador coloca a la voluntad creada en un determinado orden de circunstancias y ésta se hace responsable de su elección, eliminando la posibilidad de ser predeterminada tanto a su salvación como a su condenación; y, finalmente, la causa de la presdestinación es propter merita creaturae y no de la elección de Dios, quien sólo se limita a dar los auxilios necesarios para salvarse. En nuestra presentación, nos detendremos particularmente en la primera tesis y efectuaremos la crítica correspondiente, apoyándonos en los pasajes del corpus thomisticum, la Apología de los Padres Dominicos contra las tesis molinistas y la doctrina de los principales tomistas que apoyan la premoción física: es decir, sólo Dios es Acto Puro y es causa del movimiento actualizador tanto de las potencias naturales como espirituales, pues todo efecto – sea contingente o necesario – depende de la voluntad divina que trasciende todo orden de necesidad y contingencia: de allí que sólo Dios puede mover eficazmente nuestro intelecto y voluntad, y no por eso nuestros actos dejan de ser nuestros y personales. Nuestro libre albedrío no escapa de esta dependencia con respecto a la Causa primera, quien se comporta analógicamente como causa instrumental de la virtud divina: en efecto, esta causa adquiere su virtud operativa en cuanto recibe la forma del instrumento y cuando es movida por el agente principal al efecto.
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Dr. Luis E Larraguibel Diez

Profesor, Licenciado y Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica Argentina. Su tesis doctoral trató acerca de la primacía intelectual del acto beatífico natural, siguiendo la síntesis tomista de Santiago Ramírez. Es profesor titular de “Seminario de Textos de Filosofía Medieval” y profesor adjunto de “Metafísica” en la Universidad Católica de La Plata. En la administración pública, colabora con el Centro de Capacitación del Ministerio de Industria de la Nación.
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¿PUEDE LA MISERICORDIA SUSPENDER A LA JUSTICIA?

La misericordia puede suspender la justicia cuando se trata de la que mira el bien particular. No puede hacerlo cuando se trata de la justicia general o legal que mira el bien común, pues en este caso se trata del bien humano simpliciter, que nunca puede ser desatendido en las acciones humanas.
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José Luis Widow Lira

Profesor de Filosofía en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, en Viña del Mar, Chile. Steven Jensen, University of St. Thomas, Houston, Texas
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LA MISERICORDIA COMO PLENITUD DE LA JUSTICIA.

Seguidamente de analizar el pensamiento de Santo Tomás sobre la misericordia y lo que aporta examinamos en tema del perdón y como sólo en la experiencia de la Cruz, de Cristo crucificado, puede el hombre alcanzar a concebir un perdón que cubra toda su ofensa. El hombre misericordioso participa en forma activa del sacrificio de la Cruz. Luego hacemos un breve repaso sobre el papel de las religiones y la importancia fundamental que tienen en la búsqueda de diálogo y encuentro entre naciones, culturas y civilizaciones. Por último, vemos como en el seno de nuestra, la solución ya no pasa por reinstaurar una nueva “justicia social” sino por una idea superadora y superior a la justicia en sí misma que proviene de la Misericordia Divina que es el amor social, en otras palabras, la solidaridad y cómo ésta debe imperar como una “política de Estado”. Concluimos que ninguna sociedad humana iniciara su ascensión hacia el progreso moral si no se apoya sobre la roca viva de la Justicia; y puede afirmarse también que ninguna sociedad humana logrará la paz para luego gozar de los beneficios de la verdadera libertad si no se asienta sobre la Misericordia. La Misericordia es la perfección de la Justicia, nos muestra su plenitud.
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Javier Casaubon

a El disertante, Javier Ramón Casaubon, nació en Bs. As. (1969) está casado y tiene dos hijos. Es Técnico Universitario en Periodismo y Abogado (U.C.A.). También es Especialista en Derecho Penal (USAL). Entre otros cursos y seminarios de posgrado y como dato académico sobresale la asistencia a la materia Estrategia (nota 10 diez) en la Escuela Nacional de Defensa. Hace 21 años, en julio de 1993, ingresó al Poder Judicial en un Juzgado de Instrucción, cuya Secretaría se convirtió en la Fiscalía Nº 33, a cargo del Dr. José María Campagnoli, posteriormente trabajó en la Fiscalía de Cámara Nº 3, a cargo del Dr. Norberto J. Quantin, para ser luego ascendido a la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la Secretaría Especial para la investigación del atentado a la embajada de Israel, a cargo del Dr. Esteban J. Canevari. Actualmente y desde agosto de 2006 a la fecha presta funciones como Prosecretario Letrado de la Corte en la Cámara Federal de Casación Penal, Sala IV, Vocalía Nº 6, a cargo del Dr. Gustavo M. Hornos. Dentro de sus publicaciones son de destacar: un artículo “Estructurar la justicia” (diario La Ley); un cuento “Mar adentro” (revista Proa de la fundación Borges); una nota de opinión “Una mística nacional” (diario La Nueva); y es autor de un libro inédito titulado “Nace una Nueva Nación”.
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RELACIÓN ENTRE LA JUSTICIA Y LA CARIDAD Y SUS IMPLICANCIAS EN LA TEOLOGÍA MORAL.

Ley evangélica, virtud sobrenatural, gracia y caridad son las palabras claves que definirían la teología moral del Aquinate, alrededor de ellas se edifica el edificio de la moral cristiana como una bella obra de arte divino-humana en donde Dios, a través de su aliento de vida que es el Espíritu Santo, va esculpiendo y embelleciendo su obra por las vías ordinarias del esfuerzo humano y de las virtudes humanas divinizadas y perfeccionadas por las virtudes teologales e infusas, las cuales forman en el hombre un nuevo organismo moral sobrenatural. Bajo este contexto la justicia será virtud subordinada y dependiente, pero divinizada y sobredimensionada, al ser colocada en íntima comunión con la única fuente sobrenatural de nuestros actos: la gracia que actúa por la caridad.
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Mariana Laura Vogliazzo

a Licenciada en Filosofía por la Universidad de Morón; Profesora de Filosofía por el Instituto Superior del Prof. Antonio Presbítero Sáenz; Licenciada en Psicología por la Universidad Católica Argentina. Algunas publicaciones: ‘Nominalismo moral y sus implicancias políticas’ en la XXXIX Semana tomista; ‘Hegel y Dionisio Areopagita: una mirada comparativa’ en Revista de Filosofía Universidad de Morón. Participó en la edición del libro “La Filosofía en el Siglo XIX”, Editorial Prometeo, como autora del capítulo sobre Hegel. Se desempeño como Profesora en nivel terciario y secundario. Actualmente trabaja como Psicóloga en el ámbito privado. Conferencista en congresos de Psicología cristiana.
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Lunes 12 - Resumen de actividad

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15:00 Inscripciones

16:30 Javier R. GONZÁLEZ (Buenos Aires) :
  Inauguración de la Cuadragésima Primera Semana Tomista 2016

17:00 S.E.R. Ariel TORRADO MOSCONI (Nueve de Julio) :
  Conferencia inaugural

17:30 María L. LUKAC de STIER (Buenos Aires) :
  Noción clásica y noción moderna de la justicia

Pausa-Café

18:30 Ignacio E. M. ANDEREGGEN (Buenos Aires-Roma) :
  El capítulo 8 de la “Amoris Laetitia”

19:00 Ángela GARCÍA DE BERTOLACCI (Buenos Aires) :
  Misericordia, una realidad en la que nos encontramos

19:30 Germán MASSERDOTTI (Buenos Aires) :
  Servir a la Patria desde la cátedra universitaria: Carlos Alberto Sacheri.

20:00 Recepción a los Participantes



INAUGURACIÓN DE LA CUADRAGÉSIMA PRIMERA SEMANA TOMISTA 2016

Queridos Amigos: Este año, los organizadores de la Semana Tomista han estipulado un tema convocante de hondísimo significado, porque en él se concentra, quizás, lo más radical del misterio de la verdad y la bondad divinas: la justicia y la misericordia. Declaro y confieso mi absoluta incompetencia para discurrir sobre este tópico desde la Filosofía. Tampoco sabría hacerlo adecuadamente, por cierto, desde la Teología. Me encuentro, así, en un incómodo trance, en un riesgo. ¿Y qué mejor, para salir airoso de él, que recurrir a Aquélla a quien invariable y provechosamente recurrimos los cristianos cuando no sabemos muy bien cómo continuar? Con la venia de ustedes, y en plena sintonía con el tema de estas jornadas académicas en el Año de la Misericordia, invocaré entonces, precisamente bajo esta advocación, la intercesión de Nuestra Señora, para que mediante su rica y bella iconografía me ayude a organizar las pocas ideas que me atreveré a exponer aquí. La devoción por la Virgen de la Misericordia –o Madonna dei Raccomandati, como también la llaman en Italia, o bien Virgen de la Merced, derivación bajo la cual solemos denominarla en los países hispánicos– comienza a definirse en los siglos XII y XIII, en el marco, ciertamente, de ese fenómeno general de afianzamiento del culto mariano en la Iglesia de Occidente del que no son ajenos ni la predicación sapientísima de un San Bernardo de Claraval, ni el aporte de los vigentes cánones del amor cortés y del servicio a la dama como natural “Señora” que procede de las cortes provenzales y la lírica de los primeros trovadores. Sin embargo, su mayor auge ocurre ya en los siglos XIV y XV, cuando una serie de grandes catástrofes, que hoy llamaríamos humanitarias –la peste, la hambruna, la gran Guerra de los Cien Años–, hacen que la vulnerable población de Europa tome debida conciencia de la necesidad de acudir a la única protección realmente eficaz, al único refugio que jamás defrauda ni mengua, a ese maternal y universal manto de María que, como un regazo, se abre para acoger y contener a todos aquellos que buscan calor, defensa y seguridad. Es precisamente el manto, ese generosísimo manto de María que se extiende inmenso y oportuno para abrigar a sus hijos, el elemento definidor de su siempre eficaz misericordia en la iconografía de esos tiempos. Uno de los primeros ejemplos nos lo ofrece Duccio di Buoninsegna, en una tela que ha sido datada en circa 1280 (figura 1); en ella vemos a María sentada en leve y elegante escorzo, asistida por cuatro ángeles, con el niño en su brazo izquierdo –detalle éste que no será en absoluto habitual en las representaciones posteriores de esta advocación, según veremos –e insinuando apenas con el brazo derecho un movimiento de controlada extensión de su manto para cubrir a una escasa cantidad de devotos apenas tres– que se encuentran a sus pies en actitud de devoción. Si observamos detenidamente el implícito juego geométrico subyacente, advertimos que una clara diagonal se extiende decidida desde el ángulo superior derecho hasta el inferior izquierdo y, que en ella, se inscriben como una única fuerza el niño Jesús en el brazo izquierdo de María, su brazo derecho que abre el manto y el pequeño grupo de los tres devotos; la dinámica de la misericordia mariana queda así perfectamente sugerida como un eslabón, como una cabal intercesión entre su fuente –la misericordia divina misma, radicada en el Niño –y su objeto –los devotos que a ella se acogen. Así, la diestra y el manto de la Virgen no son más que un puente –un acueducto, diría San Bernardo –para la gracia que mana del Niño y a través de ella desemboca en el pueblo. El siguiente ejemplo (figura 2), procedente de la Iglesia y Convento de Santo Domingo de Bolonia, nos permite contemplar la transición entre el modelo inicial, donde la centralidad de la representación de la misericordia radica en el Niño, y las representaciones posteriores, en las que recaerá enteramente sobre el manto. Aquí sobrevive aún el Niño, pero a diferencia del caso anterior la Virgen no lo sostiene con ninguna de sus manos, pues estas, ambas, se dedican ya enteramente a sostener y extender el ahora amplísimo manto, que gana enormemente en relevancia y cubre a más devotos –todos ellos, eso sí, rigurosamente dominicos, cual exige el ámbito en el que esta pintura fue hecha. Este creciente protagonismo del manto será ya absoluto y único en nuestro ejemplo próximo (figura 3), correspondiente a la más conocida Madonna della Misericordia de Simone Martini. Aquí la Virgen aparece ya no sentada, sino de pie, ha desaparecido el Niño como centro o fuente de la misericordia alegorizada, y todo el peso semántico de la representación recae en el amplio y pesado manto que cobija, finalmente, a numerosos afligidos, no ya pertenecientes solo a un colectivo definido, a una orden como en el caso anterior, sino representantes de la humanidad toda en su más variada diversidad: varones, mujeres, clérigos, laicos, jóvenes, viejos. La imagen es bellísima, porque María no se limita, con sus manos, a extender el manto sobre sus devotos, sino que con ellas los abraza y con él los envuelve, en un gesto cabalmente maternal de protección extrema y de amor casi físico. En algunos pueblos cristianos de la alta Edad Media –en Alemania, por ejemplo– existía el bello gesto, de fuerza plenamente jurídica, de arropar bajo un amplio manto a aquellos niños a los que se quería adoptar; mediante este gesto los padres adoptivos indicaban su disposición a acogerlos y protegerlos como si se tratara de hijos propios y así, estos nuevos hijos recibían el nombre de filii mantellati, o hijos del manto. En estrecha relación con esta costumbre la Virgen del Manto adquirió en Alemania la condición de arquetipo y modelo de la maternidad adoptiva, y su devoción se extendió bajo la advocación de Schutzmantelmadonna, ‘Virgen del manto protector’. Hans Holbein, ya en el siglo XVI, ejecutaría una de las pinturas más notables de este género en el ámbito alemán, pero entre estas vírgenes alemanas mi predilección se dirige a una bellísima talla en madera policromada del siglo XV, la Ravensburger Schtztmantelmadonna, atribuida a Michael Erhart (figura 4). Siempre en el siglo XV, pasaremos rápidamente por la bella Madonna de Sano di Pietro (figura 5), cuya túnica y cuyo manto finamente trabajados indican el énfasis que el autor ha querido poner en la realeza de María –que en esta representación parece circunscribir su protección a un colectivo femenino– y, también, sobre la delicada escultura veneciana de la Madonna della Scoleta dei Calegheri (figura 6), en la que surge un rasgo de suma importancia para nuestra imagen, cual es la integración y recíproca potenciación semántica de la misericordia –representada por el manto– y la realeza de María –representada por la corona–, para detenernos un poco más en una de las muestras más justamente célebres de esta advocación mariana, la Madonna della Misericordia de Piero della Francesca (figura 7). En esta tabla pintada al temple, lo principal parece no radicar en la figura de la Virgen ni en las de los protegidos bajo su manto, sino en el fondo dorado que da marco y en cierta manera sostén a todas las figuras, y que pareciera funcionar como una fuente de luz que no solo alumbra los cuerpos, sino los espiritualiza y los sublima. Si la expresión de la Virgen, serenísima, más nos remite a la María celestial que a la terrena, los rostros de los devotos acogidos bajo su manto nos permiten descubrir una cierta variedad de gestos y rasgos que los convierte, en cierto modo, en diferenciados retratos, en psicologías incipientemente individualizadas. El manto de María, aunque cobija a todos, no uniformiza a sus protegidos; su misericordia ampara a todos, pero esa totalidad no es nunca una colectividad indiferenciada, sino una suma de individuos distintos que reclaman, cada uno según su concreta necesidad y personalidad, un tipo de atención exclusiva y única de parte de la Madre. Domenico Ghirlandaio, en el mismo quattrocento, nos presenta una Madonna (figura 8) cuyo manto empieza a extenderse a lo ancho en un vuelo mucho más amplio, a tal punto que los brazos no bastan ya a la Virgen para mantenerlos abiertos de modo tal que cubra a todos sus hijos, lo cual hace necesario el concurso de unos ángeles que son quienes, en rigor, sostienen la tela. La presencia de estos ángeles en los ángulos superiores de la imagen no es nueva; ya aparecían en la Virgen de Duccio y en la de San Domenico, pero aquí ya no son, como en aquellas obras, meros testigos, sino que coadyuvan en la misión protectora de María sosteniendo su manto, lo cual libera la manos de Ésta, que parecen prontas a acariciar las cabezas de sus devotos con gesto de ternura maternal. Por cierto, la maternidad de Nuestra Señora aparece expresada aquí en su vientre, realzado por un cinturón muy alto, que sugiere en ella una gravidez en estado de avance intermedio y, es a ese vientre, donde ya vive el Dios-hombre, el punto al que parecen dirigirse, en actitud adorante, las miradas de todos aquellos que se refugian bajo el manto. Si damos ahora un salto hasta el barroco, la Virgen de las Cuevas de Zurbarán (figura 9) nos permite asistir de nuevo al manto de vuelo amplio sostenido por los ángeles y, aquellas manos maternales que en la figura de Ghirlandaio se aprestaban a acariciar las cabezas de sus hijos, aquí consuman acabadamente este gesto de afecto. Como en algún otro ejemplo previo, María aparece coronada; es no solo la Madre de la Tierra, sino también la Reina del Cielo. Y también como en ejemplos anteriores –Simone Martini, Piero della Francesca–, sus atavíos combinan el rojo de la túnica –la sangre, lo terrenal– con el azul del manto –el espíritu, lo celestial–, en un juego de complementariedad cromática que, devenido tópico en la alegorización de María misericordia, expresa la condición medianera de aquella que tiende entre la tierra y el cielo su plegaria siempre eficaz y su canal de intercesión. La última imagen que compartiré con ustedes, que nos obligará a retroceder en el tiempo de nuevo al siglo XIV, es mi favorita. Lo es, en gran medida, porque nos permitirá por fin, tras este recorrido por diversas representaciones de la Virgen de la Misericordia, dar cabida en nuestras reflexiones al otro elemento que organiza la temática central de esta Semana Tomista, y que hasta aquí no habíamos visto aparecer con la debida fuerza o claridad: la justicia. Se trata de la Madonna della Misericordia o dei Raccomandati que Lippo Memmi pintó en el Duomo di Orvieto hacia 1320 (figura 10). En ella reconocemos varios de los elementos ya familiares: el rojo de la túnica y el azul del manto, los ángeles que liberan las manos de María y sostienen por ella la tela de su capa, la corona que ciñe su cabeza, la multitud de fieles que se acogen a su protección, el luminoso dorado que domina como fondo. Pero hay aquí algo que no había en ninguna de las otras versiones: una pauta de organización geométrica que consiste, básicamente, en una cruz que intersecta un eje vertical –el cuerpo de María– y otro eje horizontal, levemente curvado –su manto extendido. Esa enorme cruz divide el espacio en cuatro campos, en los que se ubican los ángeles –campos superior izquierdo y superior derecho–, los fieles varones –campo inferior izquierdo–, y las fieles mujeres –campo inferior derecho–, pero lo más importante, lo realmente fundamental en esta cruz implícita, es que el centro en el que se cruzan la vertical y la horizontal aparece definido por las manos orantes de Nuestra Señora. Habíamos asistido en las imágenes anteriores a una progresiva liberación de sus manos, que de a poco iban desasiéndose del manto, dejándolo a cargo de los ángeles, pero en aquellos ejemplos las manos liberadas de María se enderezaban, en conato o en acto, a la caricia de los mismos fieles a los que cobijaba su manto. Aunque separadas y “emancipadas” del sostén del manto, las manos reduplicaban en cierto modo la misma funcionalidad del manto, por cuanto se orientaban, igual que éste, a la protección y al cuidado afectuoso de los devotos. Aquí no. Aquí las manos de María, una vez sueltas del manto, se dirigen a Dios. Se dirigen a Dios porque solo de Dios procede la misericordia que la Virgen canaliza y derrama como cobijo sobre los hombres, pero también porque es mediante ese acto de súplica a la fuente de toda misericordia que se hace asimismo presente una implícita referencia a la justicia. Es en esas manos orantes que marcan la intersección de la vertical del cielo y la horizontal de la tierra donde se expresa la inescindible co-implicancia de la justicia y la misericordia. Las manos proceden de la línea horizontal de los brazos, pero se yerguen hacia arriba inscribiéndose en el eje vertical que culmina en la corona de María. Así, las manos suplicantes apuntan a la realeza, la plegaria de misericordia, que nace de la empatía propia de un ser humano, como María por los demás seres humanos que son sus iguales, necesariamente funda su eficacia y su misma posibilidad en una remisión a esa realeza que, conferida por Dios, la hace única y desigual, distinta de cualquier otro ser humano, cabal delegada de una omnipotencia justiciera que es solo divina. Solo porque en el ápice de la imagen domina la corona de la Reina, expresión del poder y de la justicia, es que en el centro de la cruz pueden obrar su intercesión las manos suplicantes de la misericordia y, en cuanto expansión de éstas, las alas omniabarcantes del manto protector. El arte, mediante el poder sintetizador del símbolo, acaba expresando de manera convincente lo que en la exposición analítica del concepto podría aparecer como paradojal o contradictorio. La cruz, el símbolo de los símbolos de nuestra fe, una vez más derrama su superabundancia semántica para permitirnos ver, a través de esta notable pintura del trecento italiano, que el cristiano solo puede y debe concebir la justicia de Dios como necesariamente misericordiosa, y su misericordia como necesariamente justa. Les deseo entonces que bajo el manto protector de esta idea, misteriosa y hermosa, las actividades que ahora se inician en el seno de la Semana Tomista alcancen también, de la mano de la reflexión filosófica y teológica, similares frutos de conocimiento y admiración orantes. <a href="/cms/../images/xli_001.jpg"><img src="/cms/../images/xli_001.jpg" border="0" width="128" height="128" /></a> <a href="/cms/../images/xli_002.jpg"><img src="/cms/../images/xli_002.jpg" border="0" width="128" height="128" /></a> <a href="/cms/../images/xli_003.jpg"><img src="/cms/../images/xli_003.jpg" border="0" width="128" height="128" /></a> <a href="/cms/../images/xli_004.jpg"><img src="/cms/../images/xli_004.jpg" border="0" width="128" height="128" /></a> <a href="/cms/../images/xli_005.jpg"><img src="/cms/../images/xli_005.jpg" border="0" width="128" height="128" /></a> <a href="/cms/../images/xli_006.jpg"><img src="/cms/../images/xli_006.jpg" border="0" width="128" height="128" /></a>

Dr. Javier Roberto González Decano




CONFERENCIA INAUGURAL


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S.E.R. Mons. Ariel Torrado Mosconi

Mons. Ariel Torrado Mosconi es bachiller, profesor y licenciado en Teología por la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina, recibiendo la Medalla de Oro de su promoción. El 17.11.1990 fue ordenado sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Ha ocupado diferentes cargos. Prefecto y vicerrector del Seminario Metropolitano de Villa Devoto (1992-1999). Párroco de la Parroquia de San Bernardo (1999-2005). Decano del Decanato Nº 15 "Chacarita" (1999-2005). Miembro del Consejo Presbiteral (1999-2005). Miembro del Colegio de Consultores (desde 1999). Secretario Ejecutivo de la Vicaría Episcopal de Educación (desde 2002). Asesor Técnico del Instituto de Cultura y Extensión Universitaria de la Universidad Católica Argentina (desde 2004). Párroco de la parroquia San Isidro Labrador (2005-2009). Profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina. En la Conferencia Episcopal Argentina colaboró como perito en la Comisión de Liturgia, y luego como secretario ejecutivo. Fue director del SENALI (Secretariado Nacional de Liturgia). El 22 de noviembre de 2008, Benedicto XVI lo designó obispo titular de Vicus Pacati y obispo auxiliar de la diócesis de Santiago del Estero. Su ordenación episcopal se efectuó el 13 de diciembre de 2008. Ya como obispo fue elegido miembro de dos comisiones de la Conferencia Episcopal Argentina: la Comisión de Liturgia y la Comisión de Ministerios (2011-2014), además de ser miembro de la Comisión Permanente en calidad de delegado de la Región Pastoral Noroeste (NOA).
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NOCIÓN CLÁSICA Y NOCIÓN MODERNA DE LA JUSTICIA

En primer término se analiza la definición clásica, acuñada por Ulpiano y utilizada por Tomás de Aquino: “la voluntad constante y perpetua de dar a cada uno su derecho”. Se compara con la definición aristotélica y se afirma su condición de virtud moral. Luego se procede a una primera clasificación en justicia general y particular, y la última en conmutativa y distributiva. En una segunda parte se analiza la noción moderna centrada en el cumplimiento de los pactos, a partir de la doctrina de Thomas Hobbes. Se observa la influencia hobbesiana en autores modernos posteriores como Hume y Mill. Finalmente, en una breve conclusión se pone en relación cada una de estas dos nociones con la misericordia, concluyendo que la misma solamente en la noción clásica puede ser comprendida como la plenitud de la justicia.
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María L. Lukac _de Stier

Es Profesora, Licenciada y Doctora en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica Argentina, Profesora Titular Ordinaria de Filosofía en la UCA, donde se desempeña actualmente como Directora del Departamento de Filosofía. Ha sido profesora visitante en varias universidades europeas y norteamericanas. Es Profesora Honoraria de la Universidad Autónoma de Guadalajara (México), colaboradora extranjera del Centre Thomas Hobbes de la Université Paris Descartes (Sorbonne), miembro de la International Hobbes Association. Se ha jubilado como Investigadora independiente del CONICET. Es Presidenta de la Asociación de Estudios Hobbesianos de la Argentina, Secretaria de la Sociedad Tomista Argentina, Miembro Correspondiente de la Pontificia Accademia Romana di S. Tommaso d’Aquino, Miembro de Número de la Academia del Plata. Entre sus publicaciones se destacan, El fundamento antropológico de la filosofía política y moral en Thomas Hobbes (1999), Perspectivas latinoamericanas sobre Hobbes (compiladora, 2008), editora del Special Issue: The Latin American Hobbes Scholarship, Hobbes Studies, Vol XXIV:1, 2011. Tiene un libro en prensa. Ha colaborado en catorce volúmenes colectivos y ha escrito cerca de un centenar de artículos de su especialidad en revistas filosóficas argentinas y extranjeras.
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EL CAPÍTULO 8 DE LA “AMORIS LAETITIA”

Francisco afirmó que en la Exhortación AL “todo es tomista, desde el inicio hasta el final. Es la doctrina segura”. Son posibles formas de realización análogas al matrimonio en cuanto el sacramento, por la gracia, eleva a su pefección la naturaleza del vínculo y de la amistad matrimonial. De estos puede haber semejanzas naturales. En quienes se encuentran en estas situaciones, también puede actuar la gracia de diversas maneras. Las personas unidas de hecho o civilmente con un vínculo matrimonial anterior válido no están excomulgadas canónicamente. Pueden recibir la Confesión y la Eucaristía, con las condiciones debidas, verdadero dolor de los pecados y la huída efectiva de las ocasiones, con el propósito de vivir castamente. De ninguna manera podría tomarse la AL como pretexto para que los divorciados con nueva unión reciban la absolución sin una conversión real y se acerquen a la Comunión sacramental; incluso en los casos de impedimentos psíquicos.
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Ignacio E. M. Andereggen

Es Doctor en Filosofía y Doctor en Teología, con especialización en espiritualidad, por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Profesor invitado en la Facultad de Teología de la Universidad Gregoriana (1993-2016) hasta la actualidad y también en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum de Roma (1996-2016). Profesor en ambas facultades de Fílosofía (1987-2016). Ex-alumno del Almo Collegio Capranica de Roma. Es profesor Ordinario Titular de Metafísica y Gnoseología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Pontificia Universidad Católica Argentina, y Titular de Metafísica en la Universidad Católica de La Plata. Socio correspondiente de la Pontifica Academia de Santo Tomás de Aquino y de Religión Católica. Dirigió numerosas tesis. Actualmente dirige tesis doctorales en universidades de Europa (Italia y España). Publicó libros sobre metafísica, gnoseología, teologia de Santo Tomás, espiritualidad, psicología, moral, además de artículos en revistas de Europa y América.
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MISERICORDIA, UNA REALIDAD EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS

El propósito de este trabajo es profundizar la comprensión de unas enseñanzas de la Palabra de Dios sobre esta realidad en la que nos encontramos. Ninguna hermenéutica podrá ampliarla o relativizarla mientras que los aparatos conceptuales corren el riesgo de alejarnos de la realidad. ¿Para qué complicar lo que es tan simple?, pregunta SS. Papa Francisco en Evangelii Gaudium, n.n. 193-194. Y en su Homilía en la Celebración Penitencial del 28 de mayo de 2014, decía: Recibamos misericordia y demos misericordia. Y recientemente, en Misericordiae Vultus, 2015, n. 13, insiste: Para ser capaces de misericordia debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Misericordia no es una idea abstracta sino una realidad concreta con la cual Dios nos revela su amor, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón. Y respecto de la verdad sobre el hombre, es la experiencia más rica en su vida moral a la luz de Cristo y de su Espíritu. Este trabajo es, también, una invitación a una meditación sapiencial, recogiendo la expresión de San Juan Pablo II, en Veritatis Splendor: esto es, una meditación metafísica y teológica. Es a la vez, una propuesta para pensar las posibilidades y exigencias pedagógicas en nuestra vida personal y también en orden a formar a los hijos y a los jóvenes, especialmente para unas relaciones interpersonales fundadas en el amor, la amistad, la justicia, la misericordia.
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Ángela García de Bertolacci

Doctora en Filosofía, Universidad de Navarra, España. Licenciada y Profesora en Filosofía, UCA. Postgrado Especialista en Entornos Virtuales de Aprendizaje, Organización Estados Iberoamericanos, Centro Altos Estudios Universitarios y Virtual Educa. Profesora Titular Ordinaria cátedra Antropología Filosófica, Facultad Filosofía y Letras y Facultad Ciencias Económicas, UCA. Profesora de Pedagogía. Profesorado Superior, UCA. Profesora con Dedicación Especial, Facultad Filosofía y Letras, UCA. Miembro Comisión Directiva Sociedad Tomista de Filosofía. Facultad Filosofía UCA. Profesora Titular cátedra Concepción filosófica y teológica del hombre, Maestría en Ética Social. Centro de Investigaciones Fundación Aletheia, Argentina. Patrocinio Pontificium Consilium de Cultura, Vaticano. Profesora Emérita, Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, desde el 23 de octubre de 2015.
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SERVIR A LA PATRIA DESDE LA CÁTEDRA UNIVERSITARIA: CARLOS ALBERTO SACHERI.

En este trabajo se presenta una obra de Carlos Alberto SACHERI: sus apuntes de cátedra “Filosofía e historia de las ideas filosóficas”, materia que dictó en el curso de ingreso a la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. De este modo, se procura realizar un aporte histórico para el restablecimiento de la Universidad argentina en Cristo.
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Germán Masserdotti

Licenciado en Filosofía (Colegio Máximo de San Miguel – Pcia. de Buenos Aires – República Argentina) y Profesor universitario de Filosofía (Universidad del Salvador). Magister en Estudios Humanísticos y Sociales (Universitat Abat Oliba –Barcelona-). Profesor en la Universidad del Salvador (USAL), Universidad Católica de La Plata (UCALP) y Universidad FASTA (UFASTA). Algunas publicaciones: • La filosofía como instrumento apto de la teología, en XXIX Semana Tomista –2004-: http://www.sta.org.ar/xxix/files/Jueves/Masserdotti_04.pdf y Aquinate nº2, 2006: http://www.aquinate.net/revista/edicao%20atual/Artigos-pdf/Artigos-2-edicao/artigo-masserdotti.pdf); • Naturaleza humana, cultura y política, en CORTI, P. – MORENO, J. R. – WIDOW LIRA, J. L. (editores), Historia: entre el pesimismo y la esperanza. Ediciones Altazor, Viña del Mar, 2007, pp. 133-143; • ¿Es posible una solidaridad forzada? Reflexiones morales en torno a la nueva ley de trasplantes de órganos y la figura del donante presunto, en Revista virtual Persona: http://www.revistapersona.com.ar/Persona53/53Masserdotti.htm, mayo de 2006; • El hombre como viajero, en XXXI Semana Tomista –2006-: http://cablemodem.fibertel.com.ar/sta/xxxi/files/Viernes/Masserdotti_06.pdf; • En servicio de la vida humana. Reflexiones filosóficas a partir de la Carta de los agentes sanitarios, en Vida y Ética, Año 7, Nº 1, Junio 2006, pp. 143 y ss. • Fair play. El deporte y la vida humana, en XXXII Semana Tomista –2007-: http://www.sta.org.ar/xxxii/files/Jueves/Masserdotti_07.pdf; • Bondad moral, belleza y vida universitaria, en XXXIV Semana Tomista –2009-: http://www.sta.org.ar/xxxiv/files/Masserdotti_09.pdf y Versión ampliada publicada en INTUS-LEGERE FILOSOFÍA / Año 2010, Vol. 4, Nº2, pp. 161-170; • El conocimiento de la persona humana en John Locke, en Espíritu Año LIX - 2010 - nº139. Actas de la Jornada "Persona: historia y grandeza de un concepto" –2010-. • En coautoría: COLOTTA, A. – MASSERDOTTI, A. G., El control de constitucionalidad en la Argentina. Los cambios en el modelo adoptado, en ElDial.com, 1º de marzo de 2011: http://www.eldial.com.ar/suplementos/constitucional/i_doctrinaNP.asp. • “Arturo Enrique Sampay y la reforma constitucional”, en Todo es Historia, Nº531, p. 56-66. “La fisonomía del político según Arturo Enrique Sampay”, en El Derecho, suplemento Filosofía del Derecho Nº22. • “Arturo Enrique Sampay y su interpretación del artículo 19 de la Constitución Nacional Argentina. El Influjo de Tomás de Aquino en el Derecho Constitucional argentino”, en Ius Publicum, Nº28, 2012, p. 55-66.
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